La glutamina desempeña funciones imprescindibles en el organismo. De hecho, participa en el 60 por ciento de los procesos. Es el aminoácido más abundante en los grupos musculares, en el plasma sanguíneo, la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo.
Aunque la glutamina se genera de forma natural por el organismo, su demanda aumenta como consecuencia del estrés mental y físico. Es decir, cuanto más estrés soporte una persona, mayor necesidad tendrá el organismo de glutamina. Además, su producción disminuye con la edad.
Dada la composición de este aminoácido (contiene dos átomos de nitrógeno cuando lo habitual es que sólo disponga de uno), su función principal es el transporte corporal del nitrógeno para que se puedan desempeñar las actividades metabólicas del cuerpo.
Otra de las funciones por las que destaca es su papel en la regulación del equilibro ácido-base. La glutamina es capaz de disociar el amoniaco en los riñones, favoreciendo la eliminación del ácido y manteniendo el bicarbonato. Todo esto contribuye a que se puedan producir células cutáneas nuevas y se retrase el envejecimiento.
Una recomendación general es de 5 gramos, lo que sería media cuchara dosificadora. Esta dosi puede ser tomada después del entrenamiento y antes de dormir, o al despertar y justo antes del entrenamiento.
Este consejo es especialmente útil para evitar posibles efectos secundarios, ya que algunas personas pueden experimentar malestar estomacal al tomar dosis elevadas de glutamina de una sola vez.